martes, 26 de enero de 2010

Caballitos De Nube


¿Ha mirado pa' arriba de vez en cuando? ¿Verdá que sí? ¿Verdá que no se le va a volver a olvidar?

Me acuerdo de usté. Todo el día trabajando. Con la vista en el suelo. Yo de aquí para allá. Brincando y corriendo. Era yo de hule. Nunca me cansaba. Me aventaba el brinco dende arriba de los árboles y me ponía a gritar quién sabe cuánta niñería hasta que me quedaba ronco. Y un derrepente nomás sentía el jalón de orejas que me daba. "Ya métase muchacho" decía usté, "que se hace de noche y se le va a meter el espanto por esa bocota". Y yo chille y chille más abría el hocico. Yo creo por eso me volví tan mala maña. Con tanto chamuco adentro de la panza ya ni hambre me daba. Un día me quedaba tirado viendo las nubes hasta que me ardía el cuero de tanto sol. Y al otro día me andaba de busca pleitos. De borracho y ratero. No se hubiera enojado madrecita. Yo salí re malo pa trabajar. Por eso vivíamos de mis malas mañas. Nunca me gustó verla cansada. Yo nomás quería que se quedara conmigo en el pasto a buscarle forma a las nubes ¿Ya no se acuerda? Usté me dijo que allá se fue mi apá. Como el de Miguel. Como la mamá del güero.

Hasta que un día le jueron con el chisme. Y usté se me jue encima con el azadón en la mano. Pero andaba yo ido. Nomás me tronaban los palazos en el lomo pero yo como burro curtido nomás aguantando. Y eso es lo que hice cuando que me encerraron. Aguantar. Ya sé que usté me lo dijo. Ya sé que nunca entendí. Ora ya es tarde. Nunca me calaron los castigos de niño, menos ora de viejo. Y aquél cristiano que enterré, pos ya le andaba por morirse. Yo nomás le di el empujoncito al cajón. Al cabo que a mi los difuntos no me asustan. Nomás me entró poquito el miedo cuando me fueron a ver los carceleros. "¿Ya me van a soltar?" les pregunté.

"No muchacho... Te vamos a matar" me dijeron.

Ora ya es tarde. Ya se me hizo de noche pa' siempre. Y con lo que me gustaba ver los caballitos de nube. Ora pura oscuridá. Eso y más me merezco por tarugo. Ora ya qué. Chance y me escapo pa' ir a verla y que no se sienta tan solita. Mi madrecita. No llore. Viejecita chillona. Al cabo que ni me dolió. Nomás me pusieron el piquete y me fui quedando dormido poco a poquito. Como cuando usté me cantaba ¿Se acuerda? A que sí se acuerda. Me mecía en sus bracitos cansados aunque se hubiera pasado todo el santo día labrando el cacho de tierra que nos dejó mi apá. Y ni un gesto hacía, aunque luego me hiciera el dormido para verla de reojo. Sobándose las coyunturas con su pomada de manzana. Yo sentía harto coraje. Estando tan escuincle nadien me daba trabajo. Y usté que ya ni tiempo tenía de ver las nubes conmigo. Nomás haciendo corajes con la gente. Nomás bajándome a varazos de los árboles.

Por eso ya no quería que me cargara. Mi viejecita luchona. Ora van a ser otros los que me carguen. Acuérdese lo que le dije, a ver si me entierran junto a mi apá. A ver si de ahí le hallo el rastro a donde esté. Si viera cuántas ganas tengo de verlo. Por eso siga mirando pa' arriba. Chance y dende una nube la estemos cuidando.

¿Ya vió las nubes hoy en la mañana?

PD: Dedicado para la Niña Agridulce. Ojalá te guste

Otros cuentos míos que hablan de nubes:

De Niño (el cuento termina en el primer comentario)

Sueños De Cera