jueves, 26 de marzo de 2009

El mundo académico y la Ley de Murphy

Hace algunos ayeres, cuando estaba por decidirme qué estudiar como profesión para valerme por mi mismo en la vida, me encontré con la disyuntiva de que la escuela que me interesaba tenía sólo tres carreras a escoger: Alimentos y Bebidas (otro nombre para Hotelería y Gastronomía), Máquinas Herramienta e Informática. A decir verdad, en aquél entonces mi propósito de estudiar era una mera válvula de escape, ya que sabía que jamás duraría de obrero en una fábrica si no tenía un título y pues tampoco era de que me gustara estar en casa sin hacer nada... Al menos no después de dos años jejeje.

Y pues como era de esperarse, no me pude decidir ese día. Me regresé a mi casa con el dinero de la ficha de solicitud para examen en la bolsa y estuve pensándolo por un par de días más. Claro que también necesitaba relajar mis ideas y el 60% de ese tiempo lo usé viendo televisión. Y fue ahí, sentado en el sillón, viendo Toy Story que me di cuenta de lo que quería: Una carrera que me diera de comer mientras estuviera sentado frente a una pantalla. Arquímedes no pudo haberse sentido mejor que yo después de descubrir el principio de la flotación de los cuerpos. Cuando recuerdo el júbilo de aquella epifanía, el sabor a triunfo, la satisfacción de por fin haber decidido darle un curso estable a mi vida, me digo a mi mismo:

¡¡¡PENDEJO!!! ¡¡¡SI TAN SÓLO HUBIERAS DECIDIDO ESO ANTES Y NO UN DÍA DESPUÉS DE QUE SE ACABARON LAS FICHAS PARA INFORMÁTICA!!!

Así es, valió madres porque al día siguiente que fui muy chingón a sacar mi ficha me dijo la ñora de la ventanilla que pus, ya no había. Que si quería una para alimentos o para máquinas herramienta. Y ps como estaba deteniendo la fila ps tuve que decidir en 10 segundos lo que me hubiera tomado otros dos días frente a la tele. Pinche ley de Murphy cómo la odio.

Y así fue como me vi dos semanas después de haber pasado el examen en mi primer clase de Comunicación Educativa estudiando para una carrera que, si bien no era mucho de mi agrado, es bien pagada. Pero ps pudieron más mis principios y no pasé de tercer semestre. Y ps aunque con lo que aprendí me podrían haber contratado en algún taller de soldadura y pailería, sabía que eso no era lo que la providencia me había predicho. Así que empecé a frecuentar la escuela nuevamente de camino al trabajo hasta que vi el letrero que decía "Entrega de fichas".

La siguiente cuestión era cómo diablos escaparme de mi trabajo para:

1.- Comprar la ficha
2.- Hacer el examen
3.- Ir por los resultados
4.- Inscribirme

Y por segunda vez, las cosas se dieron por sí solas. El jefe me llamó días antes de la entrega de fichas y me dijo que cambiara de horario con un wey nuevo. Así que pasé de entrar a las 10am a las 12pm. A huevo, ya podía tener la mitad de la mañana para hacer todo ese desmadre. Pero de nuevo la bendita puta ley de Murphy: El día límite de pago era 24 horas antes de la quincena...

Nunca como entonces tuve presente que siempre es bueno hacerse de buenas relaciones con algún tipo de autoridad. Por ese tiempo yo trabé amistad con la señora de servicios escolares y casualmente el día que me dieron la noticia de la fecha de pago me la encontré y me preguntó que si pensaba inscribirme de nuevo y le contesté con mi mejor cara de desolación "Yo creo que no, me pagan un día después de la fecha límite".

10 minutos después ya tenía un recibo con fecha de pago del día 15 jejeje.

El día del examen, lo programaron para las 9am con una duración de 3 horas. Pues ahí estaba bien puntual (cosa rara en mi) y por tercera vez la pinche ley volvió a atacar. Recorrieron la hora del examen a las 10am. Tomando en cuenta que me tardaba una hora en llegar al trabajo, me di cuenta que el examen para mi iba a ser sólo de 10 a 11. Neta que pocas veces me he emputado tanto. Pero ni pedo, me chingué a hacer el examen en 60 minutos y para mi sorpresa... ¡¡Pasé!!

Lo chido es que como ya había hecho el examen una vez ahí y el día de los resultados me encuentro con que tuve el mayor número de aciertos de todos los aspirantes. Digo, vergüenza sería que hubiera reprobado, no?

En fin, que después de unos cuantos años más de chingarme los sesos (y las nalgas...) aquí me tienen. Sentadote frente a una pantalla, tal y como lo deseé hace tiempo. No cabe duda que cuando uno se propone algo...

Se chinga por la ley de Murphy nomás pa ver qué aguante tienes

Me largo...

2 comentarios:

DIANA-CHAN dijo...

yo tenia 16 años cuado comence con esos tramites aburridos.
pero siempre supe lo que queria ser
siempre.

D dijo...

jajajajajajajaja.....


estupida ley de murphy...

felicidades, lo lograste despues de todoo!!